Encontrar un piso en Estocolmo no es una tarea fácil. Se podría decir que la escasez de vivienda es una de las mayores desventajas de esta ciudad. Gran parte de las viviendas, en especial apartamentos, se arriendan a alguna cooperativa habitacional perteneciente a alguna municipalidad. Estas viviendas son mayoritariamente de propiedad del estado, y el arrendatario adquiere un contrato que le permite vivir en ella por tiempo indefinido (ateniéndose siempre a ciertas reglas sociales de comportamiento naturalmente).
Este tipo de contrato, de tiempo indefinido, es al que se le llama contrato de primera mano, första-hands-kontrakt. Para adquirir este tipo de contrato, es preciso inscribirse en la municipalidad en la que se quiera vivir. Entonces al especulante se le coloca en una cola, la cual le va dando el turno al que más tiempo lleva en ella. El sistema es bastante simple, el gran problema, sin embargo, es que la oferta de apartamentos hoy en día no es capaz de abastecer la gran demanda que existe. Esto conlleva a que el tiempo que las personas se puedan pasar en la cola es de magnitudes enormes, por no decir absurdas. En los suburbios aledaños a la ciudad, el tiempo que se debe estar en la fila para adquirir una vivienda, puede variar entre los 5 y 10 años. En la ciudad misma, este tipo de contrato es prácticamente imposible de conseguir en menos de 20 años.
La privatización de la vivienda, en especial la de los apartamentos dentro de la ciudad, ha significado un mayor flujo de adquisición, pero debido a los rebalsados precios a los que estos se venden se ha provocado un crecimiento notable de la segregación habitacional, que ha implicado que cualquier persona ya no pueda aspirar a vivir en la ciudad misma.
No obstante, la privatización no significa que el que posea dinero pueda comprar su apartamento. Lo que en realidad se hace es comprar, a una cooperativa privada, el derecho a vivir en el apartamento. La diferencia en arrendar y comprar, es que al comprar se puede escoger libremente en donde adquirir la vivienda, no se necesita estar en una cola antes de adquirir la vivienda (la adquisición se gesta de forma inmediata), y se puede disponer del apartamento de forma más privada. Esto quiere decir, fundamentalmente, que se puede invertir en restaurar la vivienda y esta se puede posteriormente revender, a un costo más alto que el original.
Con este panorama de trasfondo podemos imaginar que el adquirir un contrato de primera mano en Estocolmo es un plan a largo plazo, básicamente reservado para el que desee establecerse en esta ciudad. Inscribirse en alguna de las colas habitacionales de las municipalidades y del estado es generalmente gratuito o de muy bajo costo. El tiempo que se puede pasar en ellas va directamente relacionado con el sector escogido, siendo los suburbios más alejados de la ciudad los que menor tiempo en la fila requieren (aquí el tiempo puede variar entre los 2 y 5 años). Para adquirir este tipo de contrato es necesario tener residencia permanente en el país, además de poseer un contrato de trabajo que demuestre que la persona pueda pagar la vivienda, o como alternativa una persona (con trabajo fijo y buen ingreso) que haga de fianza.
La solución más inmediata son los llamados contratos de segunda mano, andra- hands- kontrakt.
Estos son pisos que son arrendados por personas privadas, que, o bien, poseen un contrato de primera mano, o han comprado el apartamento a alguna cooperativa privada. Pisos con este tipo de contrato se pueden encontrar en todo el gran Estocolmo. Lo que varía son los precios, que aunque pretenden ser regulados por las municipalidades, cooperativas etc., no se ha logrado y los precios se distinguen mucho el uno del otro. Aquí la diferencia es nuevamente la localización, siendo los pisos en la ciudad misma mucho más caros que los de los suburbios. La diferencia entre dos pisos del mismo tamaño y con las mismas comodidades, puede estar entre 200 y 300 euros más de arriendo por mes, debido fundamentalmente a su localización.
Para conseguir este tipo de contrato lo más adecuado y fácil es entrar a la página de Internet www.bostaddirekt.com. La inscripción a esta página es de 500 coronas (cerca de 50 euros). Al inscribirse se tiene derecho a buscar entre la gente que ha puesto anuncios para arrendar sus pisos en todo el país. A si mismo ellos pueden entrar a ver las páginas de la gente que busca piso. Este sistema es el más efectivo y el de más abarque. Si no se tiene acceso a Internet se puede visitar directamente sus oficinas localizadas en Hornsgatan 134, estación de metro Hornstull.
Para estudiantes universitarios que vienen a través de los convenios Erasmus la vivienda esta garantizada. En cambio, no para aquellos que vienen por cuenta propia. Aparte de eso se debe tener en cuenta, que, a pesar que existan pisos especialmente reservado para universitarios, la gran cantidad de estudiantes que llegan anualmente a Estocolmo excede la oferta de viviendas.
Sin embargo, hay alternativas, como los innumerables tablones de anuncios existentes en la misma facultad y en los cuales a menudo se encuentran ofertas de arriendo.
A si mismo, a través de un enlace de la página oficial de la Universidad de Estocolmo se puede llegar a un tabloide de anuncios que también comprende viviendas (http://www2.su.se/annonstorget/index.php?annonstyp=2).
Es, no obstante, preciso poder entender o tener ayuda de alguien pueda leer en sueco, puesto que la mayoría de estos anuncios están escritos en la lengua local.
En conclusión, la oferta de vivienda de la ciudad es escasa y va siempre de acuerdo a lo que se busca y naturalmente a lo que económicamente es posible. Para gozar de una vida nocturna y bohemia rica, es naturalmente preferible lugares cercanos a los sectores céntricos o el centro mismo. Para el que busque un lugar confortable y tranquilo, el suburbio es una buena alternativa.
Los pisos en los suburbios mantienen un muy buen Standard, muchas veces mejor que los pisos de la ciudad, y por el mismo precio se obtiene generalmente un apartamento más moderno y espacioso. Los suburbios están generalmente localizados entre bosques, lagos y áreas verdes, por lo que muchas veces pueden resultar muy atractivos para aquel que quiera vivir cerca de la naturaleza. La locomoción colectiva conecta de forma muy efectiva y rápida a todo el gran Estocolmo. Además, no existen en toda el área metropolitana, a gran medida, sectores peligrosos. Por lo que tampoco, una vida aquí, significa abstenerse de la vida nocturna, o tener menor acceso a museos, conciertos y a la vida cultural de la ciudad.